Ya comentamos en una entrada anterior que para aprender a escribir había que practicar, que a escribir se aprendía escribiendo, sin importarnos qué, cómo o cuando. Pero antes de ponernos a la faena...¿Qué es lo que encontramos en nuestro interior? En cada persona hay pensamientos, sueños, deseos, historias vividas, anécdotas...Por muy simple que nos parezca todo lo que pasa por nuestra cabeza, puede convertirse en un material riquísimo para sacar de él una historia, un cuentecito o una poesía. Solamente tenemos que romper con esa vocecita que nos dice "eres ridículo, a quién le va a interesar una cosa así, no te das cuenta de que tu vida es sosa y aburrida...que no lo haces bien...que fracasarás..." HAY QUE HACER OIDOS SORDOS A TODO ESO. Nuestra vida es tan interesante como la del escritor de más éxito en el mundo ¿ acaso él no tiene también sus problemas con el vecino, con los hijos, sus momentos de dudas y otras pequeñas miserias? ¡Como todos! Por eso vamos a ser positivos y pensar que dentro de nosotros hay un ser creativo que es único y que puede mover los recursos que tenemos en nuestro interior para dar respuestas originales y fuera de lo común. Hay que cambiar el chip y no estar pendiente de los resultados, de lo contrario nos bloquearemos y el aguafiestas que llevamos dentro ganará la partida.
Bueno, de acuerdo, ya estamos con el ordenador frente a nosotros, hemos acallado al aguafiestas...¿Y ahora qué?
Todo proceso creativo pasa por cuatro fases esenciales
- PREPARACIÓN. Consiste en recopilar datos. Leer otros textos, salir a la calle en busca de temas, ver imágenes inspiradoras. Dar rienda suelta a la imaginación. Tomar nota de todo lo que vemos, sentimos, experimentamos, pensamos, imaginamos, ver las cosas desde diferentes puntos de vista, estar atentos a los chismes que nos cuentan, las anécdotas...Cuando se quiere escribir no hay que quedarse de brazos cruzados esperando que venga la inspiración, sino que hay que salir a su encuentro porque nos podemos topar con ella a la vuelta de la esquina. La inspiración puede estar en cualquier parte.
- INCUBACIÓN. Ya tenemos un montón de datos y nos han surgido varios temas para escribir. Si vemos que ninguno de ellos despunta con más fuerza que los demás, lo mejor es que lo dejemos reposar un tiempo. Hay que dejar descansar a la mente, pues cuando está demasiado abrumada no trabaja bien, ni se pueden ver las cosas con claridad. Por eso, aunque nos parezca una pérdida de tiempo, no lo es. La mente necesita ese descanso para después aflorar de nuevo.
- ALUMBRAMIENTO. ¡Ahora es el momento! Aquí llega por fin el "eureka". Después del descanso, de repente, cuando menos lo esperamos se nos enciende la bombillita y surge la luz. Todos esos datos aislados e inconexos que hemos ido amontonando, de pronto se relacionan y empiezan a tomar forma y sentido. Aparece la punta de la madeja, y ya no tenemos más que ir tirando del hilo.
- CREACIÓN DEL TEXTO. Ahora ya sí, ya sabemos lo que queremos y qué es lo que vamos a escribir. ya tenemos la idea y el esqueleto de la historia. Solo nos hace falta irlo rellenando.
Para terminar por hoy os propongo un juego. Ir una tarde al parque provistos de bolígrafo y cuaderno. Observar a todos las gentes que andan por allí. las mamás con los niños, los abuelitos que toman el sol, el jardinero, la pareja que se sienta a tomar un refresco en la terraza...Imaginar cómo será la vida de cada uno de ellos, fantasear sin pararnos a pensar en lo absurdo que pueda parecer y tomar nota de todo lo que se nos ocurra. Alguna de esas fantasias nos atrapará y escribiremos una historia sobre ella, sin darnos cuenta.
En la próxima entrada de nuestro taller os mostraré algunos juegos muy divertidos que se pueden hacer para despertar nuestra creatividad.