¿Una brujita que teje con papel y lapicera?
¡Vaya prodigio, qué mágica hechicera!
En punto arroz escribe poemas.
En punto inglés, libretos para escena.
En Santa Clara, historias verdaderas...
Si es con ganchillo...¡Prodigios en espera!

(Regalo de María Alicia Esain)

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lunes, 6 de abril de 2015

LA FLORECILLA CURIOSA

Este bonito cuento nos envía Alexia Ruiz, mostrando lo dura que puede ser a veces la existencia. Espero que os guste.

La florecita Traviesa


Esta es la historia de la florecita traviesa,  una flor tan bonita que nadie podía verla sin tocar sus hermosos pétalos. Ella sabía que era bella y se sentía orgullosa. 
Era  hermosa y a demás podía soportar cualquier clima. 
Estaba presente en el invierno, verano, otoño  y primavera; nada la detenía, excepto cuando había tornados; Ella sabía que era momento de cerrar sus pétalos y esperar a que pasara, eso le decía el Rey del valle, a quien todos obedecían.
El rey del valle era muy sabio, un viejo árbol, el más antiguo del lugar.
 El sabia que debía hacerse cuando las cosas se salían de control.
Traviesa era la florecita,  bailaba al ritmo del cantar de los pajaritos, bromeaba con las abejas, era la florecita más parlanchina y curiosa. 
Sonreía todo el tiempo esperando ser admirada por los que pasaban por el valle.
Un día la curiosidad  de la florecita traviesa hizo que todo cambiara;  
Un tornado se aproximaba y como buen Rey, el viejo árbol dió la orden para que todas las flores se preparara.
La florecita traviesa sentía mucha curiosidad, se sentía poderosa y creía que ella si sería capaz de soportar el tornado.
 Solo ella permanecía durante todas las estaciones así que creyó que podría sobrevivir y decidió no cerrar sus pétalos.
El viento comenzó a soplar, más y más fuerte, la florecita ya no controlaba sus pétalos, sentía la fuerza del viento dominarla, sabía que se había equivocado.
Lloró asustada,  y le pidió al Rey que la ayudara, sabía que en cualquier momento saldría volando. 
El rey triste le dijo cual era la solución,  tendría que hacerle crecer espinas en  lugar de sus pétalos, esa era la única forma de salvar a la florecita, era algo irreversible, la florecita ya nunca más volvería a tener sus bellos pétalos. 

 Ella asustada aceptó, inmediatamente comenzaron a salirle espinas, y pudo abrazarse de la tierra para no salir disparada por la fuerza del viento.
Cuando el tornado había pasado, y todas las flores comenzaron a abrir sus pétalos, la florecita se dio cuenta de que su vida había cambiado, lloro triste por no haber obedecido al rey sabía que ya no podrían acariciarla, pero agradecía al rey por haberla salvado.

La florecita tuvo que aceptar el cambio que dio su vida, a veces olvida que ya no tiene pétalos y trata de que la acaricien cuando pasan por el valle, pero los pobres pasantes se espinan y tiene que pedirles perdón, desde entonces la florecita traviesa ayuda a las nuevas flores a ser obedientes y sigue sonriendo a pesar de no ser tan bella como antes lo fue..