Estamos en plenas navidades, tiempo de alegría, de fiesta, de derroche...Sin embargo las navidades no son iguales para todo el mundo, dependiendo del lugar en el que se nazca y de las circunstancias, se tiene derecho a esa felicidad o no. No podemos olvidarnos que hay mucha gente en el mundo que vive en la más absoluta pobreza para los que tener un techo donde cobijarse y algo que llevarse a la boca, ya es todo un logro.
Uno de nuestros apreciados colaboradores, Julio Jiménez, no ha querido pasar por alto este otro lado oscuro de las fiestas.
“ SUEÑOS ROTOS”
Desde el Sahel
atisban una estrella fugaz.
Y siguen la estrella
buscando prosperidad,
y a la estrella persiguen
anhelando la libertad.
Atrás queda el Sáhara,
cruzan el Magreb.
Llegan a la orilla,
es hora de embarcar.
A lomos de frágiles pateras
cabalgan el inhospito mar.
Sopla el viento
y, a merced de las olas,
acaban por naufragar.
Ahora
duermen sus sueños,
sus
sueños rotos
en el fondo del mar.
Qué difícil es decir:
¡Feliz Navidad!
Julio Jiménez Sánchez
Diciembre 2012
Pero no todo es tristeza, aquí os dejo el testimonio de una niña de ocho años, alumna de mi clase, que a su corta edad ya tiene una larga experiencia en hospitales y operaciones. Este es el cuento que escribió para todos sus compañeros y que a mí me llenó de emoción.
NAVIDADES EN EL HOSPITAL
En el hospital hay muchos niños que están enfermos. No salen nunca del hospital, están muy tristes porque llega Navidad y no van a estar en casa con su familia.
Los médicos tienen una gran idea y preparan una gran fiesta. Los payasos del hospital también quieren participar. Cuando llega el gran día, los médicos llaman a las familias y les cuentan lo que han preparado. Los padres, muy felices y sin decir nada a los niños, esperan que llegue la hora de la fiesta.
Todos disfrazados bajan a la sexta planta y cuando el ascensor se abre....¡Allí están payasos, médicos con pelucas, una mesa grande con materiales para pintar, hacer disfraces, plastilina, música y globos.
Los niños tuvieron una Navidad muy divertida, especial y entendieron que en el hospital también puedes ser feliz.
Los médicos tienen una gran idea y preparan una gran fiesta. Los payasos del hospital también quieren participar. Cuando llega el gran día, los médicos llaman a las familias y les cuentan lo que han preparado. Los padres, muy felices y sin decir nada a los niños, esperan que llegue la hora de la fiesta.
Todos disfrazados bajan a la sexta planta y cuando el ascensor se abre....¡Allí están payasos, médicos con pelucas, una mesa grande con materiales para pintar, hacer disfraces, plastilina, música y globos.
Los niños tuvieron una Navidad muy divertida, especial y entendieron que en el hospital también puedes ser feliz.
Mischelle
Michelle también me ha emocionado, esto nos demuestra que el mundo debería estar dirigido por ellos, sus corazones rebozan de amor y del criterio que muchos adultos, a veces, no tenemos.
ResponderEliminarUn beso para ella
Dos testimonios preciosos, de navidades que hacen pensar.....Gracias por compartirlos. Un abrazo muy fuerte de Begoña
ResponderEliminarGracias Pilar por mostrarnos esta realidad .A veces estamos tan absortos en nuestro mundo feliz que no sabemos trasmitir a los que nos rodean que HAY OTRA NAVIDAD...gracias mil ...un abrazo grandote
ResponderEliminarLo cierto es que me ha encantado.
ResponderEliminarUn saludo.
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Holaaaaaaa teneis un premio en mi blog!
ResponderEliminarhttp://perlamediterraneo.blogspot.com.es/2013/01/premio-de-tamara.html